Una forma de estar
martes, 28 de febrero de 2023
miércoles, 8 de febrero de 2023
Ideología
de Género
En
el presente documental ¿ What is a Woman?, producido por The Daily Wire, el
escritor estadounidense Matt Walsh entrevista a distintas personalidades
"expertas en género" y plantea una pregunta tanto básica como
fundamental: ¿qué es una mujer? La mayoría de los entrevistados no puede
responder algo tan sencillo como qué constituye ser una mujer. Se trata, en
suma, de un ataque al corazón de la ideología de género, y que pone al desnudo
sus inconsistencias.
lunes, 6 de febrero de 2023
Gregorio Luri. (El libro En busca del tiempo que vivimos (Deusto)) - Comentado
[ Al comienzo
del libro dice Luri: «Todo presente es manifestación de una tensión entre la
naturaleza y la historia de las cosas humanas. Lo específico del nuestro es,
por una parte, la extendida sensación de que vivimos en algo así como en las
vísperas de un apocalipsis (se habla de ecoansiedad, superpoblación,
decrecimiento, escasez, agotamiento de recursos, progresofobia, Antropoceno,
limitarismo, posthumanismo, transhumanismo, biocentrismo, antiespecismo…) y,
por otra, el crecimiento de un curioso cansancio antropológico que nos anima a
sospechar que nos tenemos miedo a nosotros mismos, porque el bárbaro que nos
acecha ya no se encuentra en las fronteras, sino en nuestro interior». Este es
el contexto en que nos hallamos —y cuyas raíces son más profundas de lo que
parece.
El libro
evidencia que vivimos en una época que ha digerido mal una de las señas de la
crisis de la cultura de la Modernidad: la pérdida de noción de límite —«hemos
deconstruido el mismo concepto de límite». Nuestro tiempo nos dice que no hay
límite, si queremos dejar de ser humanos y convertirnos en transhumanos —o,
como dice Luri, «un superhombre resentido». No hay límite, si queremos
reconvertir, mediante la cirugía, nuestro cuerpo sexuado —según lo determina la
mera genética— para adquirir una apariencia de «género» a voluntad.
Pero sí hay
límites, y cada vez más restrictos, al progreso: no comamos carne, no tengamos
coche, no viajemos, no nos duchemos, no tengamos propiedad… El catastrofismo es
la excusa para esta deriva, y el animalismo una de sus consecuencias. Lo común,
como señala Luri, es la repulsa a la condición humana. Lo que sobra es el ser
humano.
Además de
prudencia, sentido común amor y humor, Gregorio Luri invita a una serie de
consideraciones, como antídoto al miedo y odio hacia lo humano. Para empezar,
Luri aconseja aceptar nuestros límites ontológicos —somos un ser
«desencajado»—, y gozar del carácter daimónico del hombre; es decir, la faceta
dinámica que tiende a lo divino, que intermedia entre lo espiritual y lo
somático. En vez de empeñarnos en la soberbia tarea de «soñar con la creación
de un nuevo Adán a imagen y semejanza de nuestros deseos», descubrir que «todo
presente está hecho con la inteligencia disponible en el pasado, y que no está
nada claro que seamos más inteligentes que nuestros padres y abuelos». Asumir
que el amor a las palabras es amor a la sabiduría —sabiduría de lo humilde,
sencillo, corriente—, y que todo antihumanismo requiere de aversión al lenguaje
y una torsión del léxico. Dicho en pocas palabras: alejarse de ideologías y
abrazar la vida. ]
Extracto Entrevista
publicada en el Debate por Maria Serrano
[ “Afirma que
la vida está para ser vivida, no pensada, y que en el humanismo tenemos un mapa
de camino. Aunque más que respuestas, a Luri lo que le apasiona, como pedagogo,
es plantear preguntas”.
“No me
interesa defender una tesis. Soy pedagogo y eso lo llevo conmigo allá donde
vaya. Más que defender una tesis, lo que me interesa en todos mis libros (como
en La imaginación conservadora, del que este se puede su continuación) es
intentar provocar un cierto chisporroteo intelectual en el lector, que ojalá se
convierta en una hoguera”.
“No alcanzamos
el sentido simplemente porque no está a nuestro alcance. Pero podemos disfrutar
de la búsqueda. Probablemente sea mucho más apasionante buscar la verdad que
encontrarla. Esa es la verdadera intención, antes que defender una tesis
articulada y coherente: hacer pensar. De hecho, siempre he pensado que la
misión fundamental de un maestro es incubar deslealtades. Y también lo es la
del escritor.”
“Sí, pero
también la memoria, la experiencia, los recuerdos. Con los datos que tú tienes
ahora, con lo que tienes delante, no entiendes el ahora: necesitas tu memoria,
necesitas hacer referencia a cosas que ya no están para entender el presente.
Por eso me gusta tanto de Proust aquella sensación del gozar, no tanto del
recuerdo como de ese momento en el que el paladar de su memoria comienza a
impregnarse del pasado, de lo ausente. Lo presente es comprensible porque en su
comprensión añadimos lo ausente, que por una parte es lo pasado y por otra es
aquello que proyectamos sobre el presente. Y ahí sí que entra la trascendencia.
Por eso insisto también en que las imágenes que proyectamos sobre nosotros
mismos son verdaderas en sus consecuencias”.
“Precisamente
la izquierda es la más reaccionaria, la que más miedo tiene. Los mismos que nos
animaban a superar todos los límites y a vivir en un mundo fluido (hasta de
sexualidad fluida y relaciones fluidas, ahora están apresuradamente marcando límites
para todo, especialmente de lo que se puede y lo que no se puede decir. Estamos
ante un nuevo puritanismo producido por el miedo al futuro, por el miedo al
hombre”. “Hay una defensa permanente del posthumano y, sobre todo, del
transhumano, como si hubiésemos decidido que el hombre es irreformable y que lo
que necesitamos es su versión 2.0. Por eso la única respuesta es el humanismo,
la centralidad de lo humano. Si el hombre tiene una cierta singularidad, ¿por
qué no la vivimos con tranquilidad en vez de lamentos?”.
“El humanismo
siempre se está refundando a sí mismo. Desde Platón en el Protágoras hasta Pico
della Mirandola en la oración sobre la dignidad del hombre, lo que dicen es que
somos seres inacabados, y en esa condición de seres inacabados tenemos la
inmensa suerte de ir acabándonos a nosotros mismos. Hacer nuestro el
acabamiento constitutivo nos permite desarrollar proyectos de acabamiento sobre
nosotros mismos. Y ahí están las ilusiones que proyectamos sobre nosotros
mismos como condición imprescindible de ese acabamiento. Eso es ser el humano,
eso es el humanismo. Y creo que hay que aceptarlo como bueno, de manera gozosa,
lo cual no quita que el hombre no pueda hacer barbaridades. Las hemos visto a
lo largo del siglo XX de manera clarísima. Yo no intento negar nada de esto,
pero lo que simplemente digo es que la virtud más imprescindible en estos
tiempos es la serenidad. Porque sean cuales sean los problemas que nos depara
el futuro, la persona y el país que se enfrente a ellos de manera serena tiene
más posibilidades de resolverlos que el que se enfrenta con miedo”.
“Está en
crisis en el momento en que consideramos al hombre culpable de todo y
eliminamos las diferencias entre el hombre y el animal. La tesis central que
hemos heredado de Aristóteles de que el hombre es un animal racional ha sido
sustituida por el hombre como animal sintiente: si miramos la racionalidad,
somos distintos de los animales. Si miramos la capacidad de sentir, los
animales también sienten, y por lo tanto formaríamos todos algo así como una
comunidad ilimitada de sentimiento. Como decía Benjamin, lo importante a la
hora de evaluar nuestro tratamiento con un animal no es si este animal razona,
sino si siente, no si siente nuestro dolor. Sin embargo, ese razonamiento no
somos capaces de aplicárselo a un feto...”
“Aquello que
nos caracteriza cuando nos relacionamos espontáneamente con los otros es que
vivimos en un mundo maravilloso, donde hay contacto de piel con piel, hay
mejillas coloradas, hay fidelidad y hay perdón, hay amor verdadero... Todas
esas pequeñas cosas constituyen lo que podríamos llamar la «fenomenología de la
vida». Deberíamos detenernos a pensar en ellas, porque el mundo del hombre es
un mundo fabuloso, fantástico, admirable. Antes de negarlo, pensemos un poco lo
que podríamos perder si sustituimos al hombre por un transhumano”.
“Un día mi
nieto vino muy agitado diciéndome «Yayo, yayo, todo se va a acabar, ¡todo va a
explotar!». Yo no sabía a qué se refería, y entonces entendí que en el colegio
le estaban enseñando que no hay futuro: que hemos destrozado nuestras
posibilidades de supervivencia y que no vamos a poder sobrevivir. En la escuela
estemos por primera vez educando en el miedo, cuando antes se iba a adquirir
herramientas para tener futuro. Esa sensación que yo vi en mi nieto, ese
sentimiento de que estamos condenados, de «vaya mundo que nos habéis dejado»,
me parece terrible. Y en todo caso, si mañana es el fin del mundo, disfrutemos
hoy”.
“El mundo se
nos ha llenado de mediadores, con lo cual me parece que necesitamos una mirada
ajena para vernos con objetividad a nosotros mismos. En cualquier caso: viva la
risa, viva el matrimonio y la cerveza, y viva el hombre sencillo que se levanta
a las 5 de la mañana para ponerles un plato de comida caliente a sus hijos. Él
es nuestra esperanza.” ]
sábado, 4 de febrero de 2023
Gustavo Bueno Sánchez: «Izquierdas y derechas en el presente». FORJA 192
viernes, 3 de febrero de 2023