Permitámonos a nosotros mismos ver con detalle todos
y cada uno de los observadores que saltan en nuestro interior. Mostrémonos a
nosotros mismos todo tal cual es en el presente, con total honestidad. No
reprimamos una reacción que ya está sucediendo con valoraciones tales como
"No debería estar reaccionando así a estas alturas", "Mejor no
lo expreso, vayan a pensar los demás que no soy lo bastante convergente",
"¡Otra vez divergente con este tema, no puede ser!"... Aceptemos todo
tal cual nos acontece, permitamos que la vida nos atraviese, admitamos nuestras
fronteras y seamos auténticos. El Ser no nos juzga, no hay que rendir ningún
examen de excelencia convergente. Nuestros personajes virtuales no son más que
jugadores jugando a sentirse incompletos... y ahora, en el Retorno, tomando
conciencia de cuál es nuestra verdadera naturaleza y de la lógica que sostiene
ese sentirse incompleto, así como de la lógica que es intrínseca a nuestra
esencia, a lo que realmente somos.
Si no nos permitimos ese aflorar natural de
observadores no podemos informar al Origen en conciencia. Somos el aspecto
abstracto, no humano, dentro del humano. No tenemos nada que perder en la
observación honesta... más que la identidad del personaje que No Somos... y
justo de eso se trata, de observar ese No Ser como No Ser, pues es a través de
esa observación que el Ser se revela de forma natural y maravillosa.
Elena
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