Encuentro desdoblamiento primario y secundario...suicidio identidad, nuevo eje Y.
Vencer el desafió al Pasado...pulsa enlace,,escuchar audio
Hava Nagila - Rafhael Un 34 hace más de 40 años la entonaba...que sorpresa
Alegrémonos, alegrémonos
Gocémonos y alegrémonos
Repita
Cantemos, cantemos
Cantemos y alegrémonos
Despierta, despierta hermanos
Despierten hermanos con un corazón alegre.
Gocémonos y alegrémonos
Repita
Cantemos, cantemos
Cantemos y alegrémonos
Despierta, despierta hermanos
Despierten hermanos con un corazón alegre.
Elena Garcia Toro
Atravesando el proceso... ese cada vez más profundo SINSENTIDO... No sé cómo lo llevarán quienes entran en la Ley... yo antes de "encontrarla", de ser consciente, ella me encontró a mí... ya había dejado de enseñar Reiki y más, de escribir, solté la radio... no podía hacer más de lo mismo... nada tenía sentido... sentí que todo eso en MÍ era un Despropósito... Hoy continuo igual y al estar aplicando la Ley... ese sin sentido es mayor. Nada y todo... permitiendo se disuelva el diseño de mi lógica, hay momentos de gran claridad y otros de tremenda confusión, angustia, apatía, dolor... Que esa química exprese, que ese proceso me haga... el Origen es quien sabe y yo, simplemente RECORDANDO que elegí RETORNAR y para ello tengo que atravesar ese proceso de DISOLUCIÓN de la ilusión... para transitar en ella sabiendo que soy más que ella. Por más que quisiera "entretenerme" no puedo... esta es la puerta más grande que jamás antes abrí.
Y sí, que el proceso me haga!!! Disponible estoy.
"OLVIDAR (84) es poner a disposición del Origen nuestro receptor (cerebro), de manera que podamos empezar a percibir on line, a través de esa conexión entre el Emisor fuera de la existencia y el Receptor en el plano físico, y no a través de la memoria asociativa, que siempre nos mantiene dando vueltas en un círculo de experiencias repetitivas. Olvidar es permitir que nuestro pasado deje de informarnos acerca de nuestra existencia, es dejar sueltos esos registros de información de modo que puedan convertirse en el combustible para el Retorno a la Esencia, permitiendo que nuestra percepción se descristalice y que el propósito esencial se vaya revelando en nuestra mirada. Olvidar, entonces, es fruto de una toma de decisión que nos lleva a dejar disponible y suelta toda la información relativa a las identidades virtuales que han estado en danza en el marco de nuestra existencia, lo cual es imprescindible para asumir nuestra verdadera identidad abstracta y para vivenciar el Ser que somos, en el aquí y ahora, pues el Ser es Presente Absoluto, Instante Vacío… sin pasado, sin futuro, sin identidad concreta.
Para el ser humano desconectado de la lógica del propósito, desconectado de esa lógica original del Instante, el hecho de olvidar puede generar un tremendo miedo, pues cuando se está en conexión exclusiva (y excluyente) con los programas y las identidades concretas son los observadores del pasado los que dictaminan quiénes somos en base a la referencia externa, es decir, según unos roles, unas cualidades, unas relaciones, unas pertenencias, unos deseos y aspiraciones, o unas circunstancias y vicisitudes ligadas siempre a unas condiciones temporales determinadas (hombre, mujer… padre, madre, hijo, esposo… español, ruso, peruano… médico, taxista, ama de casa… servidor de la luz, co-creador de una nueva humanidad…), dando un sentido a nuestra existencia desde la propia existencia, es decir, diciendo quiénes somos desde la linealidad y desde lo impermanente, de manera que nunca llegamos a reconocer nuestra verdadera naturaleza esencial, permanente, no asociada a ningún elemento dentro del espacio-tiempo.
Y he aquí entonces la gran paradoja del olvido. El humano que se olvidó de Ser, es decir, que olvidó el punto 0 de su propia existencia -el Instante Presente Neutro que todo lo equilibra- interpreta el olvido como el olvido del pasado, el olvido de lo que cree ser, el olvido de sí mismo según le dicta una identidad concreta y asociada, cuando lo que ha olvidado en realidad es Aquello que Es y que nunca dejará de Ser. Es del olvido de su naturaleza esencial de lo que el humano no es ni siquiera consciente. Y es por ello que para el humano, que asocia el olvido a olvidar el pasado, el olvidar es como morir, es entrar en el sinsentido de no saber quién es, es perder la brújula (memoria) que le permite ubicarse en el océano de las circunstancias del espacio-tiempo y del devenir, que le permite ubicarse en la linealidad de las épocas y de las eras. Y es así que el humano que se olvidó de que siempre Es, que se olvidó de que es el SER dentro de un HUMANO, lo que está temiendo en realidad acerca del olvido es el olvido de la propia ilusión, el olvido de la impermanencia, el olvido de las historias que sólo tienen un verdadero sentido desde el Ser -y no desde el escenario en el que esas historias se desarrollan-, pues ellas sólo fueron generadas por y para el Ser. El ser humano que se olvidó de su esencia y se identificó con la existencia lo que teme olvidar es lo que más quisiera olvidar, el hecho de su propia muerte, porque lo que realmente olvidó es que esa muerte no es más que pura ilusión.
Cuando el ser humano se entrega de nuevo a ser quien Es y se deja caer en los brazos del natural olvido, pronto se da cuenta de que olvido y recuerdo no son más que meros conceptos mentales propios del sueño de la Esencia, propios de la temporalidad, pues el Ser nunca deja de ser esa Presencia Consciente en la cual el olvido y el recuerdo son reconocidos como meros fenómenos."
En un día como hoy, donde casi no puedo articular frase... qué bien me vienen tus palabras Elena García Toro
En un día como hoy, donde casi no puedo articular frase... qué bien me vienen tus palabras Elena García Toro
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