El 24/01/2023 se reactiva el blog con un cambio profundo respecto de su finalidad original, pareciera un Giro Inesperado, pero lo cierto es que lo estaba esperando. NO se trata de borrar nada, más al contrario, se trata de actualizar y fijar posición para este siglo XXI. La Hispanidad y España serán el objeto preferente de está nueva etapa, sin dejar de observar límites y alcances, y la condición de vivir en la frontera desde quizás toda mi vida.

jueves, 9 de octubre de 2014

Metagenealogía

Notas - capítulo I Libro Metagenealogía “en la confluencia del arte, la psicología y la metafísica”, de Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa.


Para que sane, es necesario que el consultante sea lo que en verdad es y se libere de la identidad adquirida: lo que los otros han querido que sea.

Toda enfermedad proviene de una orden que hemos recibido en la infancia obligándonos a realizar lo que no queremos y una prohibición que nos obliga a no ser lo que en realidad somos.

Para sanar a un consultante, o sea ayudarlo a convertirse en lo que en verdad es, se le ha de hacer consciente de que no es un individuo aislado, sino el fruto de al menos cuatro generaciones de ancestros.

Es imposible conocernos a nosotros mismos si no conocemos el legado material y espiritual de nuestro árbol genealógico.

Completamente entregado a estos esfuerzos comencé a comprender que, para sanarme a mi mismo y a los otros, que la hipótesis más útil era la de considerar a cada ser humano como alguien capaz de desarrollar una Conciencia sin limites.

Mezclando temores, rencores, frustraciones, ilusiones. Ya en el vientre de la madre el feto recibe la orden de imitar el modelo legado por sus ascendientes. La familia no acepta la creación pura y simple, venida de nada sin modelo exterior.

Todo individuo es el producto de dos fuerzas:

Ø  La fuerza imitadora –dirigida por el grupo familiar, actuando desde el pasado –
Ø  La fuerza creadoramanejada por la Conciencia universal desde el futuro –.

Cuando los padres limitan a sus hijos obligándolos a someterse a sus planes, a sus consignas ( serás esto o aquello , te parecerás a Tal , nos obedecerás y propagaras nuestras ideas y creencias ), desobedecen los proyectos evolutivos del futuro, sumiendo a la familia en toda clase de enfermedades físicas y mentales.

La Conciencia, desde los primeros instantes de su individuación en el feto, padece este conflicto entre crear o imitar.

Los sufrimientos de los antepasados (heridas narcisistas, humillaciones, sentimientos de vergüenza o culpabilidad) adquieren una razón de ser. Cuando la familia reacciona, también reacciona la sociedad en la cual ella se desarrolla. Los árboles pertenecen a un bosque. Cada uno de ellos tiene dos principales deberes:

Ø  Cumplir sus necesidades biológicas (procreación de niños, cuidados que necesitan, etc.)
Ø  Integrarse en el grupo social, obedeciendo a sus leyes.

Si cada familia rehuyera el contacto con las otras entregándose a sus tendencias separatistas, la sociedad no podría existir. Es por esto que el árbol genealógico se desarrolla prisionero en una red de vetos y obligaciones, entre las cuales, por ejemplo, esta el tabú del incesto, que impulsa al clan a mezclarse con el resto de la humanidad en lugar de encerrarse en si mismo.

Sin embargo estos vetos y obligaciones pueden en ciertos casos no corresponder a la naturaleza esencial del ser. Cada cultura impone, basada en sus mitos fundadores y creencias religiosas, diferentes modos de conducta. De una sociedad o cultura a otra puede cambiar la institución familiar, pues no solo existe la monogamia: en algunas se permite al varón tener diferentes esposas, en otras se admite que las mujeres vivan simultáneamente con varios hombres, otras obligan al hermano del que murió sin hijos a casarse con la viuda, otras exigen que la hermana joven de la esposa fallecida la reemplace en el lecho del viudo. Nacemos en una cultura determinada, en una época dada, en un país particular. No seriamos los mismos si habláramos otro idioma, si hubiéramos nacido en otra civilización o en otra época histórica...

Estas limitaciones, que dependen de la memoria, nos incitan a repetir esquemas, nos imprimen un ser cultural. Al mismo tiempo las posibilidades del futuro, que trabajan por conducir al hombre a su mutación, transformando el sufrimiento inicial en energía consciente, desarrollan al ser esencial.

El ser cultural, formado por quienes lo han educado, debe aceptar las proyecciones que sobre el han hecho sus familiares impulsados por el deseo de ser imitados, teniendo que ejercer tal o cual profesión, pertenecer a tal o cual religión o idea política, luchar contra tal o cual predicción negativa: Si haces aquello, te destruirás; Si te entregas a tal actividad, terminaras como un pordiosero; Si tienes relaciones sexuales antes del matrimonio, te convertirás en una puta .

Como el cerebro tiende a cumplir las predicciones, estas, transformadas por el Inconsciente en órdenes, actúan sobre la vida del individuo como maldiciones que exigen ser realizadas.

En cambio, el ser esencial, programado por el Supraconsciente, despliega en la mente aspiraciones sublimes (casi siempre reducidas a simples ilusiones por la memoria del clan), utopías (casi siempre vividas con angustia) o deseos de mejorar el mundo (casi siempre vividos con desesperanza).

En todo momento, el ser cultural y el ser esencial se entremezclan, a veces batallando, otras uniendo sus fuerzas. Bisabuelos, abuelos y padres se funden en nosotros tanto para lo mejor como para lo peor. Las fuerzas de repetición y de creación en su dinámica sin fin nos impulsan a la vez hacia la repetición de lo mismo y a acceder a lo que somos auténticamente.

Los individuos, al mismo tiempo, pueden tener de sus bisabuelos, abuelos y padres una visión positiva y otra negativa, convirtiéndose de este modo cada familiar en una entidad doble: una luminosa y otra oscura. Dos campos de energía que a pesar de oponerse son complementarios.

En el tiempo presente, el espíritu que se materializa colinda con la materia que se espiritualiza, el supraconsciente con el inconsciente, el intento de realizar el futuro con el intento de repetir el pasado, el ser esencial con el ser socio-cultural, el deseo de crear con el deseo de imitar. Al estudio del árbol genealógico bajo sus aspectos simultáneos y complementarios, tesoro y trampa.

El papel que desempeñan los obstáculos
El pasado quiere dar un sentido al futuro, pero es en realidad el futuro el que da un sentido al pasado, otorgándole un significado nuevo. Este es el sentido de nuestro trabajo.

Desde el momento que alguien intenta incorporar una información nueva, la resistencia de éste se va a manifestar bajo la forma de obstáculo. El ser humano avanza triunfando sobre sucesivos obstáculos. El monje zen logra alcanzar la iluminación como recompensa a titánicos esfuerzos; el santo encuentra la paz en su corazón rehusando a toda clase de discriminación; el héroe se realiza triunfando sobre su miedo a morir; el campeón triunfa sometiéndose a una férrea disciplina.

Ante estos obstáculos tenemos dos posibilidades de actuación:

Ø  Reaccionar adoptando una actitud ya existente, receta más o menos eficaz aplicada en el pasado, y ello en el caso de que mantengamos la fidelidad nos comportaremos de una manera heredada.
Ø  Siendo capaces de remitirnos a la Conciencia, a la creatividad, a todo aquello que hay en nosotros y que es más o menos innovador. En cuyo caso actuaremos como un mutante que aporta a su árbol genealógico una información nueva.

Árbol genealógico, posesión y deshechizamiento.

Escenificar en la vida cotidiana un acto curativo, semejante a un sueño para liberarse de un bloqueo inconsciente. Opté por enseñar al intelecto el lenguaje del inconsciente, compuesto en su mayor parte de imágenes y acciones que desafían a la lógica. La palabra revela un problema pero no lo cura. Las únicas palabras sanadoras que entiende el inconsciente son los rezos, los encantos, y los actos metafóricos.


Técnicas terapéuticas: El masaje iniciático, el psicorritual, la psicomagia, el psicochamanismo.

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