Esfuerzo - masculino
Acción de emplear gran fuerza física o moral con algún fin
determinado.
Sinónimos
– afán, ahínco, ardor, vigor, sacrificio, trabajo, sudor, empeño.
Antónimos – desánimo, desinterés.
El
Esfuerzo lo relacionamos con el hacer, el esfuerzo y el hacer lo relacionamos
con una lógica, una manera de ordenar y ver la vida: conseguir (aspectos
materiales, conocimiento, reconocimiento, incluso ser); Cuando no hay esfuerzo,
entonces hablamos de pereza, de flojera, de abandonarse, de depresión. También
relacionamos el esfuerzo con el gusto, y entonces aquello que me gusta, que es
mi pasión, debe tener una gran dosis de esfuerzo para mejorar, para ir más
allá, para transcender. Vivimos en la cultura del esfuerzo.
¿Qué lógica trae
el denominado esfuerzo? Es una palabra muy relevante para la lógica divergente,
una lógica que tiene su fin en la supervivencia, que precisas de valoración
personal y colectiva, que se fundamenta en la necesidad, en el tener, en la
competencia de llegar a ser, una lógica que nos lleva a poner la referencia
siempre fuera para demostrar quién soy, para decir que yo soy eso. ¿Y qué hay
debajo de ese esfuerzo? ¿De ese valor imprescindible para que la sociedad y
nosotros mismos nos validemos?
No es sencillo encontrar cuentos, textos, pensamientos, acerca del no esfuerzo. Es quizás una de las distorsiones de más compleja torsión.
Cuando estoy en
autorreferencia además de ver el condicionamiento, los programas y las
creencias existentes, veo la necesidad, la lucha por querer tener, veo la
supervivencia con claridad, veo el centro (la identidad), y como ese esfuerzo
forma parte de uno de los ejes principales de la lógica divergente. Veo también mi frontera, en donde me encuentro, que observador me informa, y de esta forma puedo derivar, soltar y no validar, desde el eje Y con la autorreferencia puesta fuera de la existencia; informar del error sin carga y esperar una nueva versión del abstracto, de la identidad negativa, una versión con una lógica convergente.
No esfuerzo (30 –
120): Base 30 (los tres en punto 0 plano 3), con una bisagra para la recreación.
La lógica convergente nos lleva a ver desde otro lugar y re significa el
esfuerzo y el no esfuerzo. Estar en
autorreferencia, saber que nuestra identidad está en el abstracto, nos permite
VER de manera inclusiva, no hay nada que demostrar, no hay nada por lo que
luchar, simplemente se trata de vincularse, de saberse incluido, y asumir la
función que en cada momento tenemos, sentirnos uno, el no esfuerzo será aquello
que va a ir brotando en cada momento, una recreación permanente.
Transcripción de
algunos audios Radio la el Origen (La Minga) acerca del esfuerzo.
“¿Qué es lo que
ocurre cuando uno logra sincronizar el consciente con el inconsciente? no hay
manera de que pueda sufrir (risas). No hay forma física porque su perspectiva
está totalmente convergente, el circuito no tiene fallo, no genera diferencia
de carga y siempre permanece neutro. Esto me da una perspectiva muy liviana. Y un
andar por el mundo sin ningún esfuerzo, como cuando uno flota y hace la
plancha.”
“Si yo tengo una
perspectiva antes de la materia, mi vida va a ser ultra liviana, no me
va a llevar esfuerzo. Y todo converge. Porque no hay carga. Ni negativa
ni positiva. No hay carga, el circuito fluye porque la energía tiene un
propósito previo.”
“Insostenible. Vas a
tener que hacer mucho esfuerzo para
sostener las distorsiones que antes eran propiciadas por el campo. Porque el
espacio-tiempo propiciaba el ejercicio de esas distorsiones, propiciaba el
ejercicio de esas lógicas divergentes, entonces estaba todo bien.”
“Y eso hace que
eso sea una obsesión y una dificultad y la vida en referencia externa, mucho
esfuerzo, sacrificio. En cambio, cuando te orientás a la lógica las
cosas obtienen un curso, una maduración y cuando está esa maduración, llueve la
energía por ese circuito que se formó.”