El
Origen comienza diciendo:
– Te
propongo hacer un viaje experimental, para conocer cómo sería ser lo que no
eres.
El Todo, pregunta:
– ¿De
qué se trata?
– Aquí tenemos un propósito claro basado en el amor, continúa el Origen… Allá afuera será diferente.
–
Explícate, por favor.
– Se
producirá una apertura temporal donde habrá un espacio y tres tiempos: pasado,
presente y futuro, con distintas velocidades. La única manera de transitar ese
espacio-tiempo será a través de un personaje y un conflicto.
– ¿Y
cómo se repartirán esos personajes?
– No
habrá reparto, sino una elección de la esencia. Aclaro que dejarás de ser uno y
serás muchos.
– ¿Cuál
es el grado de complejidad de la misión, o como se llame ese viaje?
– Visto
desde aquí, ninguno; cuándo entres al programa, el desafío será alto.
– ¿Por
qué?
– Porque
no vas a recordar lo que es ahora y vas a caer en las trampas del sistema que
maneja el programa.
– ¿Las
conoces?
– Por
supuesto, pero no tiene sentido que las mencione porque, de todas maneras, las
vas a olvidar.
– ¡Cuéntalas!
– De
acuerdo: Como tu personaje entra a un sistema que lleva millones de años, éste
ha creado programas para asegurar la supervivencia de la especie. El primero
tendrá que ver con satisfacer las necesidades básicas: nutrición, respiración,
reproducción, defensa; el segundo con proteger o protegerse; el tercero con la
movilidad y la comparación; el cuarto con la identidad y la sustitución del
faltante.
– No
comprendo el desafío.
– Desde
este plano, por supuesto que no. El tema es que allá, en el último lugar de ese
espacio tiempo, te harán creer que necesitas realizar un gran esfuerzo para
obtener el alimento y sobrevivir; que estarás desprotegido frente a un afuera
que te amenazará constantemente; te compararán todo el tiempo; buscarás
desesperadamente una identidad; y allí tendrás todo el sistema dándote una
versión absolutamente distorsionada de ti por lo que esperarás que el afuera te
valide constantemente. Y el mayor desafío, será la sensación de vacío
existencial que buscarás suplirlo con otra persona o con lo que sea.
– ¿Y
cómo hacer para no caer en la trampa?
–
Recordar que solo bajas para informar los errores y lograr, con estos, una
nueva versión.
– Pero
corro el riesgo de sufrirlos…
– Ese es
el desafío: No creerte el personaje.
El
principio femenino del Todo, dice: – Yo acepto, me aburrí de estar aquí; y
entra al desdoblamiento.
El
principio masculino queda desequilibrado y decide seguirlo, de manera
explosiva.
El
Origen se da cuenta que omitió informarles que siempre van a tener la posibilidad
de comunicarse con él.
Sin
preocuparse, con una sonrisa se dice: – De alguna manera, se los haré saber.
Elisa
Botti
http://elisabotti.blogspot.com.es/
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